Plano general del campo de batalla. Sin esperarlo y por sorpresa por ambos caminos aprecen incontables filas de sudistas.
El avance confederado es todo un espectáculo de ver, lástima que los únicos espectadores, los yankies, no disfruten de ello y empiecen a sentir un pánico atroz.
Uos cuantos hombres empiezan a abrir fuego contra las posiciones enemigas para proteger el avance de sus compañeros de armas.
Pese a empezar a recibir los primeros disparos, los sudistas siguen su ordenado avance hacia el enemigo, su enérgico oficial los arenga hacia una victoria fácil y segura.
Una compañía nordista se aparapeta detrás de unos muros de piedra, saben que están perdidos pero sus ordenes son aguantar para que lleguen las noticias del avance Confederado.
Los rebeldes buscan cobertura tras el camino y abren fuego con todo lo que tienen. Un par de incensatos llevados por su odio hacia los casacas azules, les lleva a salirse de la línea y cargar por su cuenta sin acatar las ordenes de sus oficiales, su heroismo es olvidado en pocos segundos.