Ronda el año 815, en las tierras de Northumbria, un tranquilo poblado anglosajón se verá envuleto en una terrible matanza, pocos quedarán con vida después de hoy.
Algunos pescadores regresan al poblado para encontrarse con una desagradable sorpresa.
La alarma suena y una partida de huscarles salen al encuentro del enemigo comandados por un Earldorman, dejando las empalizadas sin protección.
Los vikingos también han aprendido a usar algunas máquinas de asedio, construidas rápidamente tras su llegada en los drakkars.
Como perros enloquecidos algunos vikingos entran en Berserker y se adelantan sin que nadie los pueda detener en una terrible carga sangrienta.
Los campos de cultivo se tiñen de rojo, las primeras escaramuzas comienzan, cada vez acercándose más al poblado.
El jefe vikingo con un grito salvaje suelta a sus perros de la guerra a darse un festín de sangre.
Los anglosajones intentan hacerse fuertes en el puente protegidos tras un muro sólido de escudos, pero pronto este primer punto de defensa caerá.
Los campos de cultivo se tiñen de rojo, las primeras escaramuzas comienzan, cada vez acercándose más al poblado.
El jefe vikingo con un grito salvaje suelta a sus perros de la guerra a darse un festín de sangre.
Los anglosajones intentan hacerse fuertes en el puente protegidos tras un muro sólido de escudos, pero pronto este primer punto de defensa caerá.
La muerte llega a las tranquilas tierras del norte anglosajón.
La carga anglosajona es brutal pero nada puede parar la terrible masacre que van dejando los vikingos a su paso.